Advertencia para curiosos

Esto no es un blog pro-ana ni pro-mia, ya que ni siquiera yo lo soy. Sé perfectamente lo que es la anorexia y la bulimia y creedme que no es algo que desee para nadie. Éste es un blog para hablar de mí, de mi problema, nunca para meter a más personas en ello, más bien al contrario. Quedais todos avisados, tanto wannabes que quieran consejos como personas dispuesta a insultarme por lo que padezco. Aqui no encontrareis lo que buscais.
A los demás: bienvenidos principes y princesas.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Pain of love


Por una vez no escribo para hablar solamente de Ana, siento un dolor profundo que necesito espresar en forma de palabras.

¿Qué sentimiento podría albergar tanta tristeza? El amor. El estúpido amor.

Ultimamente en mi vida no había tiempo para pensar en el amor. Ana lo ocupaba todo. Ana me protegía del dolor a la vez que lo provocaba. El dolor físico no es nada comparado al emocional, que te marchita por dentro y te quita las ganas de vivir.

Ya casi no recordaba lo que era la rabia, la tristeza y el dolor. Bien, ayer lo recordé con toda la intensidad que es posible. El destino quiso que me reencontrara con una persona a la que amé con toda mi alma. Casi le había olvidado, casi no pensaba en él.

Mi obsesion con mi cuerpo ocupaba todo mi pensamiento, y en el fondo me ayudaba a olvidarlo. Pero una vez le tuve frente a mí todos los sentimientos volvieron, y con ellos el dolor.

El dolor de los celos, del amor no correspondido, del saber que estan jugando contigo. Es un peso que no puedo quitar dejando de comer. He sentido que he perdido el control de mí misma, que tanto me había costado conseguir.

Y ahora vuelvo a estar obsesionada y vuelvo a sufrir. Es lo que pasa cuando te enamoras de un cabrón. No se si quiero hablar con él o si quiero borrarlo de mi vida. Me siento impotente y eso me da miedo.

Volveré a centrarme en mí, a dejar el amor fuera de mi vida. Tal vez así encuentre la manera de no sufrir. Ana será mi única guía y objetivo, es la única que me da satisfacciones.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La culpa






















El diccionario define la palabra “culpa “como “un sentimiento de responsabilidad o remordimiento por alguna ofensa, crimen o equivocación, ya sea éste real o imaginario”.


A veces es el sentimiento más poderoso.

Este fin de samana ha sido una muestra de lo obsesionada que estoy con Ana. He descubierto (sino lo había hecho ya antes) que soy incapaz de llevarme cualquier cosa a la boca sin sentir la más atroz de las culpas.

Como cada fin de semana, mis padres estan en casa y no tengo más remedio que comer delante de ellos. Entonces, ¡pum! Empiezo a pensar en kilos y calorias, empiezo a sentir nauseas, a marearme. Me miro en cada espejo y siento que cada minuto que pasa estoy más gorda. ¡Por amor de Dios, comí unas pocas verduras!

La culpabilidad es espantosa. Me reconcome por detro, me machaca. Tengo esa preciosa tentación de llevarme los dedos a la boca y librarme de todo... Solo sentir la arcada ya me reconforta. Oh, mi amada mía, ¿qué haría yo sin tí?

En fin, mañana empiezo la carrera de Kilos y me siento con mucha fuerza. Bajaré todas las calorias que pueda haber engordado en estos dos días y seguiré bajando hasta llegar a mi meta.

Un beso para todas mis preciosas princesas ^O^

jueves, 17 de septiembre de 2009

Un poco de mí

Primera entrada... y realmente no sé muy bien que decir.
Sé que tengo muchas cosas que quiero contar, pero no sé por donde empezar.
Empezaré por decir quien y qué soy, y el motivo por el que comienzo éste blog.

Se podría decir que soy nueva en ésto. No me malintepreteis, no soy una wannabe ni mucho menos. En realidad llevo casi toda mi vida con Ana y Mia a la espalda. Me refiero a que soy nueva siendo una princesa de la web. Sé que muchas de vosotras habreis conocido a Ana por internet. Bien, no es mi caso.

Dejazme que os cuente como entré en este mundo. Desde que yo recuerdo, siempre he estado acomplejada por mi peso. No sé exactamente si empezó cuando un niño idiota dijo que era gorda, o cuando una chica de mi clase insinuó que tenía una gran barriga. Ni siquiera recuerdo cuando fue la primera vez que oí hablar de Ana y Mia, ni cuando entendí lo que eran. El caso es que siempre han estado ahi.

Sin embargo, yo nunca he deseado ser anorexica o bulimica, como muchas a la que he leido, siempre entendí esto como una enfermedad y sigo haciendolo.

Siempre que pienso en como entré en esta locura recuerdo varios episodios de mi vida.
-Uno: la primera vez que fui a un campamento. Pesaba 50 kilos y tenía algo asi como 12 años. (Recuerdo cuanto pesaba porque, a pesar de no hacer locuras con la comida, tenía una gran obsesión con mi peso). Toda mi vida he odiado la comida de mi colegio y la de aquel campamento no era mucho mejor. Comía lo menos posible por el simple hecho de que aquella bazofia no era comestible. Resultado: cuando volví a mi casa, 15 días después, había adelgazado 5 Kilos, pesaba 45. Desde entonces, la sensación de adelgazar me atrapó y quise más.
-Dos: recuerdo una historia sobre bulimia que escribió una chica en un foro. Me metí por curiosidad (cualquier cosa que tuviera que ver con mi ansia de adelgazar me intrigba, a pesar de que yo sabia perfectamente que aquello no era bueno) y comence a leerla. He de reconocer que era una buena historia, que me enganchó, sin embargo daba algunas ideas que me perjudicaban bastante. Siempre me había sentido culpable al comer, y al leer la historia empecé a sentirme atraida por Mia. Muchas veces fui al baño, me incliné sobre el retrete, me lo pensé mejor y abandoné la idea. Sin embargo la tentación siguió alli.

Esos dos episodios marcaron el comienzo de mi deterioro, pero sin duda no el final. Dejé por completo los dulces y empecé a hacer mucho deporte. Tambien ayudó que estuviera creciendo. Adelgazaba a la vez que crecia, por lo que mi peso no variaba: me mantenía en los 45 Kilos, sin hacer cosas insanas. Llegó un momento en que me volví más delgada que las demás chicas de mi clase (incluidas las que se había reido de mi por mi peso) y eso me hizo sentirme bien, guapa y superior a ellas. Estar delgada para mí se convirtió en sinonimo de triunfo.

El problema empezó cuando dejé de crecer. Al ir adelgazando me había vuelto más descuidada. Me permitía ciertos caprichos de vez en cuando, que poco a poco se hicieron habituales, a la vez que cada día hacía menos deporte y ya no gastaba materia en crecer. Mi peso subió: de mis 45 habituales pasé a 50, a 55, a 57... Ya no era la más delgada de mi clase, mentía sobre mi peso por verguenza y me sentía dolorosamente gorda.

De nuevo Ana y Mia estaban alli llamandome y esta vez no podía negarlas. Intenté hacer dieta (una normal, simplemente reducir dulces y demás) pero no bajaba como yo quería. Leí libros sobre anorexia y bulimia y, aunque siempre les he tenido miedo, empecé a verlas como una solución. Había días en que para evitar la culpa me provocaba arcadas (sin llegar a vomitar) y me saltaba comidas, al principio bastaba con eso. No bajaba lo suficiente de peso.

Me fui obsesionando y aunque sabía que no debía hacerlo fui callendo. Al principio solo fue Mia y de vez en cuando (me costaba mucho conseguir vomitar) y luego contar calorías, saltarme las comidas más a menudo hasta casi no comer... Empecé a adelgazar, por fin, llegué hasta los 51, pero no había manera de llegar a mis 45.

La gente me decía que yo no estaba gorda, estaba normal. ¡Yo no quería estar normal! Quería volver a ser delgada! No podía hablar con nadie de ésto. Entonces comencé a meterme en internet, y os encontré a vosotras. Gente con mi problema, con distintos matices, pero que me comprendía. Y comencé a leeros, muchas veces pensando en que leía locuras, pero al fin y al cabo son mis propias locuras. Entonces supe mucho más de lo que me pasaba, y me enteré de cosas que nunca había oido: las wannabe, los tips... Tras un tiempo leyendo, empecé a participar y aqui estoy.

Ahora sé que no me libraré de Ana ni de Mia, al menos hasta llegar a mi meta. Entonces ya veremos si puedo dejarlas. De momento me conformo con lo que tengo.